Como cada día Gonzalo se pasaba por el parque de debajo de su casa para pasear a su perro. Pero hacía mucho tiempo que eso se convirtió en una escusa; ahora tan sólo bajaba al parque con la esperanza de poder verla.
La verdad es que no sabía quién era, lo único que sabía es que tenía que conocerla, más tarde o más temprano; pero tenía que hacerlo.
De momento, y a pesar de que Gonzalo solía ser muy extrovertido, tan sólo se había atrevido a observarla de lejos, haciéndose siempre la misma pregunta: ¿quién era esa chica misteriosa y solitaria que siempre acudía a la misma hora al ese mismo banco y que pasaba las horas encerrada en sus pensamientos?i
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchos caminaron, pero pocos dejaron huellas... Deja aqui la tuya. Y recuerda que todas las opiniones son bien recibidas siempre y cuando sean educadas (se eliminará cualquier comentario que contenta falta de respeto o spam).
Por lo demás no os corteis, se agradece :)