De repente un día te levantas y, al ver a esa persona te das cuenta de que te gusta. Así de simple. Tu forma de pensar, de sentir, de ver las cosas... Todo eso cambia en milésimas de segundo, sin previo aviso. Como si una gran ola de sentimientos te hubiese arrastrado.
Sin quererlo te encuentras pensando en esa persona constantemente, te recreas con su imagen, la buscas y la sigues con la mirada, sientes "mariposas en el estómago" cuando te mira o te habla, sueñas con futuros encuentros, deseas con todas tus fuerzas que te corresponda...
Puedes estar bien y de pronto estar mal, reír y al segundo llorar, querer confesar lo que sientes y después negarte rotundamente a hacerlo, sentirte muy bien contigo mismo capaz de conquistar a esa persona para acabar sintiendo como la inseguridad y el miedo a una negativa te hunden.
La pregunta (o más bien preguntas) es: ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo?
Sin quererlo te encuentras pensando en esa persona constantemente, te recreas con su imagen, la buscas y la sigues con la mirada, sientes "mariposas en el estómago" cuando te mira o te habla, sueñas con futuros encuentros, deseas con todas tus fuerzas que te corresponda...
Puedes estar bien y de pronto estar mal, reír y al segundo llorar, querer confesar lo que sientes y después negarte rotundamente a hacerlo, sentirte muy bien contigo mismo capaz de conquistar a esa persona para acabar sintiendo como la inseguridad y el miedo a una negativa te hunden.
La pregunta (o más bien preguntas) es: ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo?
Bien pues... no hay respuestas. Puede que no sepas que hacer, puede que estés ido todo el tiempo, puede incluso que no sepas por qué te gusta esa persona. Pero es que el amor es incomprensible, simplemente se siente.
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