Y es que a veces me gustaría dejarlo todo... Echar a correr sin preocuparme por mirar atrás. Olvidarme de los problemas... Simplemente cerrar los ojos y acallar todas las voces de mi alrededor, enmudecer el mundo con un simple gesto...
Porque a veces eso es lo que necesitas, dejar de pensar... de sentir... Cubrirte con una manta y no salir en una larga temporada. Olvidar que el mundo sigue girando, que la gente sigué ahí fuera preocupándose por vivir; que cuando el velo que te envuelve caiga, la realidad saldrá a tu encuentro y volverás a recaer en las fauces del dolor...
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