Se miraron, se acercaron, no hablaron pero se lo dijeron todo y después de eso un beso. Suave, simple, lento... Y se conviertieron en dos imanes, en dos gotas de agua que al
unirse no pueden separarse, en dos latidos que al compás hacen ruido, en dos
estrellas que brillan con la misma intensidad, en dos errores convertidos en
acierto, en dos acordes que al unirse dan un concierto, en dos caos tan dispares que al unirse lograron perfeccionarse.
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