Mejillas que se encienden con piropos.
Sonrisas que pasan de una cara a otra.
Miradas pendientes de los ojos.
Boca pegada a otra boca.
Dientes que cazan labios.
Dedos que recorren espaldas.
Caricias que estudian cuerpos.
Cuellos buscados por lenguas.
Besos, caricias, miradas, sonrisas,
mordiscos, polvos, jadeos...
Y después de todo eso...
todo, nada.
Y después de todo eso...
todo, nada.
Pues la verdad que me alegra irme a la cama leyendo esto... Me explico, es algo tan cierto, tan verdadero, tan bien explicado. Nunca había leído poesía tuya, sublime.
ResponderEliminarMe alegro de que te gusta, la verdad es que escribo poca poesía X)
EliminarY bueno sublime... no sé, supongo que me inspiraron bien jajaja :)
La edad del pavo, chiquilla... El amor.
ResponderEliminarAis.
M.
Yo creo que esto del poema se puede tener en cualquier momento, el amor no tiene edad como se suele decir :]
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