Cobíjame en tu cama.
Acurrúcame en tus
brazos.
Muérdeme la
sonrisa.
Desnúdame con la
mirada.
Acaricia mis
ganas.
Tortúrame con
cosquillas.
Silénciame con
besos.
Refúgiate en mi
pecho.
Dibuja en mi
espalda.
Recorre mis
costados.
Susúrrame al oído.
Lléname de ti.
Déjame sin
palabras.
Me has recordado un poema que leí hace unos meses:
ResponderEliminar"Escrútame los ojos, sorpréndeme la boca,
Sujeta entre tus manos esta cabeza loca;
Dame de beber, el malvado veneno
Que te moja los labios a pesar de ser bueno.
Pero no me preguntes, no me preguntes nada
De por qué lloré tanto en la noche pasada;
Las mujeres lloramos sin saber, porque sí:
Es esto de los llantos pasaje baladí.
Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto,
Un mar un poco torpe, ligeramente estulto.
Que se asoma a los ojos con bastante frecuencia
Y hasta lo manejamos con una dúctil ciencia.
No preguntes, amado, lo debes sospechar:
En la noche pasada no estaba quieto el mar.
Nada más. Tempestades que las trae y las lleva
Un viento que nos marca cada vez costa nueva.
Si, vanas mariposas sobre jardín de enero
Nuestro interior es todo sin equilibrio y huero.
Luz de cristalería, fruto de carnaval
Decorado en escamas de serpientes del mal.
Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta:
Movilidad absurda de inconsciente coqueta.
Deseamos y gustamos la miel de cada copa
Y en el cerebro habemos un poquito de estopa.
Bien; no, no me preguntes. Torpeza de mujer,
Capricho, amado mío, capricho debe ser.
Oh, déjame que ría... ¿No ves qué tarde hermosa?
Espínate las manos y córtame esa rosa."
Lindo, ¿eh? Pues enhorabuena a ti también, bonita.
M.
Nunca lo había leído, es precioso *-*
ResponderEliminar¡Gracias!