Inventé mil fantasías, soñé mil noches, desperté otras mil dándome cuenta de que nada era real... Deseé mil veces más poder atreverme.
Pero mis oídos no atendían a razones y escucharon siempre a la razón que, rota por el dolor y el miedo al fracaso, dejó la lucha y los intentos para los que se creían fuertes.
Palabras de una pesimista,
que prefiere apatarse
antes de sufrir golpe alguno
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchos caminaron, pero pocos dejaron huellas... Deja aqui la tuya. Y recuerda que todas las opiniones son bien recibidas siempre y cuando sean educadas (se eliminará cualquier comentario que contenta falta de respeto o spam).
Por lo demás no os corteis, se agradece :)