y las calles se llenan de agua y las gotas se precipitan contra los cristales y el olor de la tierra mojada se esparce por todas partes... Y Una está en mitad de ese paisaje pasado por agua mirando al cielo con los brazos levantados, cogiendo todo el aire que puede para después soltarlo en un grito. Un grito desesperado, sonoro, pero ahogado por las lágrimas
(no sólo por la lluvia) que se entremezclan con las gotas dándolas un sabor salado.
Y entonces Una se deja caer y se olvida de todo, Una se limita a llorar abrazando su cuerpo, desolada, sola y rota.
Es en ese momento cuando Una se pregunta
¿por qué no es feliz? y entonces haya respuesta, pero no se atreve a decirlo en voz alta, porque
sólo hay una culpable y ésa es Una misma... Una misma y su inseguridad... Una misma y su miedo a fracasar... Una misma y su incapacidad para pedir ayuda...
Una misma... y nadie más.
Me encanta creo que la mayoría de adolescentes se sentirían identificados incluida yo lógicamente.
ResponderEliminarPor cierto cada día escribes mejor, es un lenguaje sencillo y bonito. Conclusión: mola :D
Oh qué mona ella y qué cosas me dice, voy a acabar sonrojándome XD
ResponderEliminarMe alegra ver que no soy la única que a veces quiere salir corriendo de vez en cuando y así escapar un poco de la realidad (porque sí, a veces ahoga).
Besos <3