Una existencia dormida, exhausta, cansada ya de dirigir los delirios del conrazón, de apostar por la razón.
Calla. Enmudece ante las decisiones que los sentimientos toman. Deja de lado la razón perdida. Se atrinchera en el lado izquierdo del pecho y se deleita escuchando los acompasados latidos del corazón que hoy resuenan con un ritmo nuevo.
Son susurros extraños, nunca oídos por un corazón desprovisto de emociones pero que, por algún deconocido motivo, ahora cobran sentido.
Y mientras la existencia y la razón de esfuman, el débil órgano parece despertar de su largo letargo con aires nuevos.
Con sentimientos nuevos.
Aún no entiendo porqué nos crearon con razón y con corazón, si solo hacemos caso a una de las dos.
ResponderEliminarBesos!
Yo también me lo pregunto muchas veces.
EliminarUn beso <3
Impresionante, nada más que decir, como me gusta entrar en este blog :)
ResponderEliminarComo siempre es un placer que me leas (y leerte) :)
Eliminar