Y llega un momento en el que no sabes quién persigue a quién.
Pero ya da lo mismo.
Si eres perseguido, ya te han cazado.
Si persigues ya has conseguido tu objetivo.
O al menos está a punto de pasar.
Y te preguntas en qué acabará todo.
Y no sabes qué responder.
Ya lo dicen: el problema no está en tropezar una y otra vez con la misma piedra, sino en enamorarse de esta. ¿Te has enamorado de tu piedra, monosa?
ResponderEliminarTranquila, que no eres la única.
M.
La verdad es que no sé si es amor o atracción o mero capricho. Es tan extraño.
EliminarY si es amor me temo que no es por una piedra sino un gran pedrusco.
Esto suele acabar con un FIN. La historia se repite demasiadas veces.
ResponderEliminarBesos!
Todo es efimero, lo sé. Pero no pretendía adelantar tanto los hechos hasta el punto de destruirlos y acabar con ellos sino aclarar lo que pasa en este momento.
EliminarEs todo tan impreciso... Por cierto a ver si escribes algo en el blog de chica pájaro y marinero :D
ResponderEliminarEn cuanto recupere la inspiración para esas historias me pondré con ello ^^
Eliminar