Quédate a soñar

Quédate a soñar (Click para seguir)
AH votame :)

Pasó también por aquí...

jueves, 21 de febrero de 2013

El hombre avanzó sigilosamente por entre la espesura del bosque. La oscuridad hubiera difilcutado la marcha de cualquiera, teniendo en cuenta que tan solo los haces de luz de la luna colándose por las copas de los árboles iluminaban un poco el lugar, pero él se lo conocía de memoria. Era su territoio.
Se detuvo tras unos arbustos y permaneció parado por largo tiempo, al acecho. Cerró los ojos y dejó que sus oídos se agudizaran dando paso a la señal que estaba esperando: una pisada.
Sus ojos se abrieron de golpe posándose sobre el cuerpo del ciervo que se había parado ahí, asustado ante la presencia del cazador.
Lentamente se llevó la mano a la espalda cogiendo su arco y una flecha. Lo tensó con cuidado de no perturbar a la presa y apuntó.
Minutos después, la luna llena que observaba la escena se vestía de rojo sangre.

2 comentarios:

  1. La actitud (o los actos) de este hombre me han recordado a Cupido.

    Y tú dirás... ¿en serio? ¿Cupido cazando?

    Yo creo que sí. Me da la sensación de que dejó de ser un bebé desde hace tiempo, y el daño que antes hacía sin querer, ahora lo calcula en frío.

    ¡De qué manera le tuvieron que partir el corazón a este niño como para que ahora actúe así...! Ais.



    M.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nunca hubiera pensado en Cupido al escribir esto, la verdad X)
      Creo que tienes razón, el amor siempre tiene una parte negativa y Cupido, siendo quien lo otorga, alguna que otra vez habrá tenido que sufrir por su causa.
      ¡Un beso, bonita!

      Eliminar

Muchos caminaron, pero pocos dejaron huellas... Deja aqui la tuya. Y recuerda que todas las opiniones son bien recibidas siempre y cuando sean educadas (se eliminará cualquier comentario que contenta falta de respeto o spam).
Por lo demás no os corteis, se agradece :)